Días soleados

Uno de esos días soleados,
en los que la ciudad te da la espalda.
Te encuentras tocando el timbre
de una casa donde claramente no hay nadie.
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Uno de esos días soleados,
en los que la vida se detiene.
Te ves a ti mismo en short y polera,
con unos anteojos ridículos.
Y te cuesta recordar exactamente
qué edad tienes
y qué has hecho con tu vida.